Há os que dizem que o tempo não existe. E há os que estão totalmente inseridos num “looping” frenético a depender da escala do tempo. Que seria este tempo será? Quando se fala sobre a importância de saborear o tempo, alguns podem pensar que isso é coisa de gente desocupada ou até mesmo um discurso superficial. Mas e você? Como tem administrado seu tempo?
Os dias de domingo são dias que nos fazem sentir que o tempo parou. Tudo acontece num ritmo diferente. As pessoas saem para visitar a família biológica, os amigos e até mesmo passam o dia sem fazer absolutamente nada. Também há alguns que aproveitam sim para trabalhar e outros simplesmente descansam, o físico, a mente, o coração.

Tenho entendido a importância de saborear o tempo quando passamos a valorizar as coisas mais simples da Vida e enxergamos a gratidão nas coisas – aparentemente – banais. Então num dia de inverno quando o céu se apresenta com um azul maravilhoso e o sol explode como uma bola de fogo no céu, o que poderia ser mais gratificante do que sair de casa para saborear o tempo?
E foi nesse movimento ingênuo, ao passo da disciplina de dias programados por tarefas intransferíveis, que saímos eu; Dri e Jason, o cão mais humano que eu já conheci. Incrivelmente chamativo, o sol parecia nos saudar. A brisa fresca de um dia invernal do sul da América Latina nos faz só querer ficar ali, a disposição do próprio tempo, a respirar e inalar os minutos passando, sob a doce alegria do próprio dia em si.

Então aparentemente sem fazer nada, vamos nos dando conta que estamos fazendo muito. E o que estamos fazendo? Saboreando o tempo. Degustando a alegria de estar vivos e permitir o toque da alegria surgir espontaneamente, sem esforços nem motivos aparentes. Sabe quando você ri de si mesmo e está tudo bem? Para mim que esse é o grande poder que se revela quando você entrega a sua insistência em querer controlar o dia e num piscar de olhos tudo sai diferente o que você programou e está tudo bem também.
Como você saboreia o seu tempo? Quer contar um pouco?
Até a próxima!
Fernanda Paz
Fotos: Fernanda Paz, localidade de La Cumbre, Valle de Punilla, Córdoba, Argentina.
*******************************
Saborear el Tiempo
Hay quienes dicen que el tiempo no existe. Y hay quienes se sumergen de lleno en un frenético “looping” según la escala temporal. ¿Cuál sería esta vez? Al hablar de la importancia de saborear el tiempo, algunos pueden pensar que se trata de gente ociosa o incluso de un discurso superficial. Pero y tu? ¿Cómo has gestionado tu tiempo?
Los domingos son días que nos hacen sentir que el tiempo se ha detenido. Todo sucede a un ritmo diferente. La gente sale a visitar a familiares biológicos, amigos e incluso se pasa el día sin hacer absolutamente nada. También hay algunos que aprovechan para trabajar y otros simplemente descansan, el cuerpo, la mente, el corazón.
He entendido la importancia de saborear el tiempo cuando empezamos a valorar las cosas más simples de la vida y vemos gratitud en las cosas -aparentemente- banales. Entonces, en un día de invierno, cuando el cielo es de un hermoso azul y el sol estalla como una bola de fuego en el cielo, ¿qué podría ser más gratificante que salir a disfrutar del clima?
Y fue en este movimiento ingenuo, siguiendo la disciplina de jornadas programadas por tareas intransferibles, que partí; Dri y Jason, el perro más humano que he conocido. Increíblemente llamativo, el sol parecía saludarnos. La brisa fresca de un día de invierno en el sur de América Latina hace que sólo queramos quedarnos allí, a disposición del tiempo mismo, respirando e inhalando los minutos que pasan, bajo la dulce alegría del día mismo.
Entonces, aparentemente sin hacer nada, nos damos cuenta de que estamos haciendo mucho. y qué estamos haciendo? Saboreando el tiempo. Saborear la alegría de estar vivo y dejar que el toque de alegría surja de forma espontánea, sin esfuerzo ni motivos aparentes. ¿Sabes cuando te ríes de ti mismo y está bien? Para mí, este es el gran poder que se revela cuando renuncias a tu insistencia en querer controlar el día y en un abrir y cerrar de ojos todo resulta diferente a lo que programaste y todo está bien también.
¿Cómo saboreas tu tiempo? ¿Quieres contar un poco?
¡Hasta la próxima!
Fernanda Paz
Fotos: Fernanda Paz, localidad de La Cumbre, Valle de Punilla, Córdoba, Argentina.